Desde el año 1986 se celebra cada tercer Lunes de Enero el Día de Martin Luther King, conmemorando así su gran y noble trabajo por los derechos civiles de nuestros hermanos afroamericanos en Estados Unidos.
Martin fue un pastor afroamericano de la Iglesia Bautista y también activista en diferentes organizaciones y protestas contra la discriminación racial. Por su gran labor a favor de acabar con la discriminación por medios no violentos, fue condecorado y galardonado con el Premio Nobel de la Paz en el año 1964.
Desde muy joven dejó notar su vocación de defensor. Por ello, participaba en diferentes marchas a favor de los afroamericanos. Luchó por el derecho al voto, a la no discriminación y otros derechos civiles para nuestra comunidad afro. Fue líder de la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad en 1963 en donde al final pronunciaría su famosa frase "I have a dream" (Yo tengo un sueño). Y gracias a esa frase que se extendió por todo el país, logró concientizar a la audiencia pública sobre los derechos civiles y se consolidaría como uno de los más grandes oradores y héroes de la historia estadounidense.
En el camino de su lucha, se unió a diversas representantes que querían apoyarlo y acompañarlo en el desarrollo de su trabajo. Una de ellas fue Rosa Parks, quien en plena movida por la desgregación racial, se encontraba sentada en un autobús. La ley racista en Montgomery, Alabama era que, si un pasajero blanco estaba de pie y un afroamericano iba sentado, automáticamente el segundo tenía que pararse y ceder el asiento. Este pensamiento no fue obedecido por Rosa y con justo derecho se negó a realizar tal pedido. Desafortunadamente fue arrestada y llevada por oficiales de la jurisdicción correspondiente, alegando que no cumplió con la ley. Esto motivó a Martin para reunir a toda la población afroamericana e iniciar un boicot en los autobuses. Ellos fueron presa de constantes agresiones físicas que supieron contrarrestar con orgullo. Este movimiento tuvo bastante acogida tanto así que la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que era ilegal la segregación en los autobuses, escuelas, restaurantes y otros lugares públicos el 13 de Noviembre de 1956.
En el camino de Martin vinieron más problemas, prejuicios y decepciones, pero él, siempre con la fortaleza y constancia que lo caracterizaba siguió adelante, con la frente en alto para seguir luchando por los derechos civiles y laborales de la comunidad afroamericana. Obtuvo muchas decepciones, pero grandes satisfacciones. Haber sido el héroe de todo un grupo de personas, tan iguales a las demás, que sólo necesitaban la voz de un líder que los lleve por el camino de la justicia y la igualdad. Pero el 4 de Abril de 1968, Martin Luther King fue asesinado de un disparo en la garganta por un segregacionista blanco en el balcón del Lorraien Motel Memphis. Todos sus amigos corrieron rápidamente al oír el disparo y lo llevaron inmediatamente al Hospital San José. Sus últimas palabras fueron drigidas al músico Ben Brach, quien iba a tocar esa noche en una reunión pública a la que Martin asistiría: "Ben, prepárate para tocar Precious Lord, Take My Hand (Señor, toma mi mano) en la reunión de esta noche. Tócala de la manera más hermosa".
A su funeral asistieron 300 000 personas y a petición de su viuda, Martin Luther hizo su propia oración fúnebre con su último sermón, «Drum Major», grabado en la Ebenezer Baptist Church.
Se decretó luto nacional y fue el primero para un afroamericano. La población afro estaba dolida por la pérdida de su líder y originó motines y hechos de violencia, reclamando la injusticia de la muerte de Martin.
Según Taylor Branch, biógrafo de profesión, dijo que la autopsia de Martin reveló que, aunque sólo tenía 39 años, su corazón parecía el de un hombre de 60, mostrando físicamente el efecto del estrés de 13 años en el Movimiento de los Derechos Civiles.
Entre 1957 y 1968, Martin Luther King había recorrido más de 9,6 millones de kilómetros, hablado en público más de 2500 veces, arrestado por la policía más de 20 y agredido físicamente en más de 4 ocasiones. Pero eso no le impidió luchar por el sueño que tuvo. Ni los golpes, ni las amenazas, ni las humillaciones. Martin es un gran ejemplo de la constancia y un gran homenaje a la igualdad racial. Gracias a él y a toda su noble labor es que la población afroamericana puede ser libre, sin restricciones ni medidas discriminatorias. ¡Un aplauso para nuestro querido Martin!